Domingo, 19 Febrero 2017 22:11

¿Qué fue de Tecum?

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¿Qué fue de Tecum?

 

 

(Fografìa del autor de la escultura de Tecum Uman que se encuentra en Quetzaltenango de Rodolfo Galeotti Torres)

 

Salvador Montúfar

Profesor de Historia

 

¿Qué fue de Tecum?

Si existe algún personaje polémico en la historia de lo que actualmente ocupa el territorio de Guatemala, ese es Tecum (Umam). Desde que fuera ascendido a la categoría de héroe nacional por decreto legislativo 1344 del 22 de marzo de 1960, hasta no hace mucho tiempo, Tecum fue el protagonista estelar de los libros de texto, de los actos cívicos y de las representaciones teatrales escolares en todo el país. Para recordar su nombre se erigieron imponente imágenes, como la escultura de Roberto González Goyri, que en su momento ocupó un lugar prominente en la finca La Aurora, o el monumento escupido por  Rodolfo Galeotti Torres, ubicado en Quetzaltenango. De igual manera se quiso exaltar el nombre de Tecum de diversas maneras, como  cuando el Banco de Guatemala  (1971) emitió los billetes de cincuenta centavos, con su efigie, o cuando el mismo Nobel de literatura escribió aquel célebre poema cuyos primeros versos son recordados por muchos guatemaltecos:

 

Tecún-Umán, el de las torres verdes, 

el de las altas torres verdes, verdes, 

el de las torres verdes, verdes, verdes, 

y en fila india indios, indios, indios 

incontables como cien mil zompopos: 

(Fragmento del poema de Miguel Ángel Asturias, Tecún Umán)

 

En las décadas de 1970 y 1980 era frecuente que cientos de escolares se hicieran presentes frente al monumento de Tecum Umam, ubicado en la finca La Aurora, para rendirle honores en su día, el 20 de febrero. Hoy, como es notorio, el monumento en mención está en franco deterioro y abandono, y virtualmente invisible por la construcción del paso a desnivel que curiosamente lleva su nombre.

 

Lejos quedaron los días cuando el propio ejército nacional proclamó a los cuatro vientos que el primer líder militar que defendió a Guatemala había sido Tecum Umam.

 

Henchidas de nacionalismo, hasta las propias élites del país se enorgullecían de tener como héroe nacional a Tecum Umam. ¿Y por qué no? Era el héroe indígena perfecto: el ingenuo, el poco inteligente, el derrotado… Y es que eso de pensar que matar al caballo, era lo mismo que matar jinete… Un héroe indígena vencido era más conveniente que un líder indígena en rebelión permanente, como fue el caso del gobernante kaqchikel Kaji’ Imox, quien se alzó con sus huestes durante toda una década (1527-1540) en contra de la dominación española.

 

En ese imaginario criollista, tan profundamente arraigado en nuestro país, y a tono con el culto al “indio muerto”, contar con un héroe vencido, como Tecum Umam, resultó muy cómodo. Es la misma idea que se trasluce en el hecho de “sentirse orgullosos por nuestro pasado maya (Tikal, etc. )”, mientras que a la vez se manifiesta un actitud racista y discriminadora frente a los mayas contemporáneos.

 

Una comisión de notables, integrados  por  la Honorable Sociedad de Geografía e Historia, y a petición del Comité Pro Exaltación del Héroe Tecún Umán y del propio Congreso de la República, rindió dictamen favorable con respecto a la idoneidad de Tecum Umam, como el paladín del Ejército de la República. Nadie pensó en Kaji’ Imox, como el héroe nacional, dado que era preferible un héroe indígena vencido, que un ejemplo de lucha y rebelión. Al mismo tiempo, instituir a Tecum Umam como héroe nacional, legitimaba, según la perspectiva criollista, a su verdadero héroe. Pedro de Alvarado, el vencedor.

 

Y a pesar de todo la leyenda persiste. Desde 1960 no ha habido ninguna generación de escolares que no haya sido cautivada por aquella escena épica en la que Tecum Umam, oh egregio héroe nacional, se enfrentara al mismísimo Pedro de Alvarado y cayera en combate. La visualización del quetzal revoloteando el cadáver de Tecum Umam y posándose en él, para luego teñir de rojo su pecho forma parte de ese imaginario.

 

Desde hace unas tres décadas, muchos historiadores han venido cuestionando la historicidad de Tecum Umam. Incluso hay quienes han llegado a negar rotundamente su existencia, como el caso del investigador Guillermo Paz Cárcamo, en cuyo libro “La máscara de Tekum”, se explica que en esencia, Tecúm Uman, “es un personaje que históricamente nunca existió”. (Paz Cárcamo, 2006:95). Paz Cárcamo explica que probablemente la invención del personaje Tecum Umam se debió a la creación del Baile de la conquista.

 

Las narraciones fantásticas delas crónicas indígenas sobre el personaje de Tecum también han contribuido a cuestionar la historicidad de este personaje:

 

[…]Y el capitán Tecum, ante que salir de su pueblo delante de los casiques muertos su valor y su ánimo: y luego se puso alas [f. 4r] con que de volaba y por dos los brazos y piernas venía lleno de plumería y traía puesta una corona y en los pechos traía una esmeralda muy grande que parecía espejo, y otra traya en la frente y otra en la espalda. Venía muy galán; el cual capitán volaba como águila: era gran principal y gran naual. […] (Flores, 2015: 49)

 

Igualmente ha llamado la atención de los historiadores el hecho de que Pedro de Alvarado, en su carta de Relación, dirigida a Hernán Cortés, y fechada el 11 de abril de 1524, solo se limitara a hacer una mención marginal con respecto a Tecum:

 

[…]y después que me rehice con los de caballo, do vuelta sobre ellos, y aquí se hizo un alcance y castigo muy grande, en esta murió uno de los cuatro Señores de esta Ciudad de Vilatan, que venía por Capitán General de toda la tierra[…] (http://pueblosoriginarios.com/textos/alvarado/abril_11.html)

 

Uno de los objetivos de esta carta de relación era, en esencia, exponer las dificultades que encontró Pedro de Alvarado al dirigir las compañas de “conquista” contra los señoríos del actual altiplano guatemalteco, específicamente contra el reino kíche’. Paralelamente Alvarado quería dejar plasmados sus logros militares, y lo bien que había hecho el trabajo encomendado por Cortés, ya que al hacerlo, podía garantizarse futuros privilegios, como tierras, mano de obra indígena, riqueza y poder. Llama la atención de que a pesar de ello, Alvarado en ningún momento narrara combate alguno sostenido cuerpo a cuerpo contra ningún guerrero k’iche’. Es de suponer que de haberse producido el legendario combate, Alvarado no hubiera desaprovechado la oportunidad de llenarse de gloria al relatar un episodio tan brillante y tan conveniente para sus intereses.

 

Por su parte, Ruud van Akkeren, en su libro “La visión indígena de la conquista”, y luego de un concienzudo análisis de fuentes de la época, como el Título K’oyoi” y el “Título de la Casa Ixquín-Nehabib, Señora del Territorio de Otzoyá y el Título de Totonicapán, entre otros, afirma que sí existió un capitán k’iche’ llamado simplemente Tecum (pero no Umam), ya que este último sería una corrupción de una frase en la que se menciona a “tecum umam rey k’iche´don K’iq’ab’, o sea  Tecum nieto del rey k’iche´don K’iq’ab’, como lo encontramos en el Título K’oyoi”. (Van Akkeren 2007:71).

 

Como dice Ruud van Akkeren, hay que tomar en cuenta que la fuente histórica más cercana en el tiempo a los hechos acaecidos en torno a las batallas entre kíches y castellanos, en febrero de 1524, es justamente esta Carta de Relación de Alvarado. Las crónicas indígenas que se refieren a estos sucesos son muy posteriores; y es que estas crónicas indígenas de mediados del siglo XVI, y específicamente, el Título K’oyoi fueron los primeros documentos que pudieron servir a la construcción de la leyenda. Estas primeras versiones fueron recogidas por obras posteriores, como la Recordación Florida, de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán. Posteriormente otros autores la siguieron registrando en sus obras, como Domingo Juarros y José Milla.  Así sucesivamente el relato llegó a los libros de texto de primaria y básicos del siglo XX, como también lo afirma Van Akkeren.

 

Durante la décadas de 1970 y 1980 fueron célebres los libros de texto de primaria, como los de Oscar de León Palacios, y de secundaria, como los de Esther de Castañeda, que pintaban la leyenda de Tecum Uman, como un hecho histórico.

 

Parece que, paralelamente a la retirada de circulación del billete de cincuenta centavos, y su sustitución por la moneda del mismo valor en 1998, y al hecho de que la crítica sobre la historicidad de Tecum, se ha venido desdibujando el rol que tuvo en su momento este personaje en el imaginario criollista de nación. Mientras tanto, los docentes, en general, se decantan por dos posturas:

 

1) Ignorar al personaje.

 

2) Continuar con la leyenda. 

 

En HISTORIAGT, consideramos que hay que proponer una tercera vía, es decir, ubicar al personaje Tecum, en su contexto histórico, a la vez de criticar el modelo criollista que creó al héroe nacional. Igualmente es importante rescatar el rol que históricamente desempeñaron otros líderes indígenas, como Kaji’ Imox, héroe de la resistencia kaqchikel frente a la dominación hispana.

 

En síntesis:

 

1)    Tecum fue un personaje histórico, y fue efectivamente un capitán del ejército k’che’, que enfrentó a las huestes de Pedro de Alvarado en febrero de 1524.

 

2)    La ortografía correcta del nombre del personaje estudiado, de acuerdo con las crónicas indígenas del siglo XVI es Tecum, y no Tecún. El “Umam” es un agregado erróneo, por lo que el nombre del capitán k’iché debería ser registrado simplemente como Tecum.

 

3)    Es muy probable que Tecum haya sido justamente el capitán k’iche’ que murió en combate, según lo relata Alvarado.

 

4)    El combate cuerpo a cuerpo entre Tecum y Pedro de Alvarado no fue relatado por este, pero sí por ciertas crónicas indígenas. La leyenda parte de estas crónicas, específicamente del Título k’oyoi.

 

5)    Si la idea es recuperar la memoria de la resistencia de los pueblos originarios ante la invasión española, existen otros ejemplos, como el de kaji’ Imox.

 

 

 

Bibliografía General

 

·         Paz Cárcamo. La máscara de Tekum. Guatemala: Editorial Cholsamaj, 2006

 

·         Van Akkeren, Ruud. La visión indígena de la conquista. Guatemala: Serviprensa, 2007.

 

·         Flores, a. Rafael. El título de la casa Ixquin-Nehaib, un documento maya colonial, en Diacronías, Revista de divulgación histórica  #14, México, 2015.

 

 

 

 

Rafael Salvador Montúfar Fernández

Educador e historiador.
Cuenta en su haber con 35 años dedicados a la docencia en los distintos niveles. Es profesor de la USAC desde hace 24 años. Le apasiona impartir clases, investigar y divulgar la historia de Guatemala. Le entusiasma la historia de los pueblos originarios y el fenómeno del anticomunismo guatemalteco.