El patronazgo contra los terremotos en Guatemala. Una aproximación
Mónica del Valle Bejar
La maestra en Historia Mónica del Valle nos presenta un artículo en el que continua con sus investigaciones sobre los terremontos, ahora en Santiago de Guatemala.
Cuando se pretendió establecer la ciudad de Santiago de Guatemala tuvieron muchas complicaciones; al inicio, por su desconocimiento de la propuesta aristotélica sobre la conformación de la tierra, no entendieron que no era un sitio adecuado cerca de los volcanes, además de los problemas con los cakchiqueles, quienes se rebelaron; y los efectos de los temblores, que eran considerados manifestación de la ira divina.
Santiago considerado protector en España, al llegar a América le dedicaron ciudades, como en Guatemala; fue respetado por los cakchiqueles al castigar a Pedro de Alvarado, pero como no la libró de las calamidades, en el último traslado se prefirió a la Inmaculada virgen de la Asunción; aunque su culto no terminó.
¿Acaso los temblores representan la ira de dios?
Desde la conformación del continente americano se han sentido los temblores, pero desde la conquista española, la percepción de la población enseñada por la institución eclesiástica durante los tres ciclos de Colonia fue que ocurrían dichos movimientos de tierra por qué eran una manifestación de la ira divina por los pecados de los hombres.
A pesar de los trabajos de los filósofos o estudiosos ilustrados, los sermones fortalecían la idea de los temblores asociados con dicho castigo divino. Según los estudiosos de desastres a lo largo de la historia, ha sido una constante, atribuir un origen divino o supra natural la presencia de amenazas naturales o biológicas.